El cine Ribalta

El cine Ribalta, el querido cine de barrio. Cuantas veces hemos visto al bueno matar al malo, cuantas veces los espadachines han cruzado sus espadas en su salón que olía a tortilla y humanidad. Ahora los niños tienen las Wii y juegos en tres dimensiones pero... todo esto ya estaba inventado y nosotros lo teníamos en el Ribaltilla. Cuando los caballos trotaban por la pradera, todo el cine trotaba, los niños saltábamos en nuestros asientos al paso del caballo y cuando el monstruo movía sus palpos viscosos, nosotros los notábamos deslizarse por debajo de nuestros asientos. Pero, no preocuparse, nunca pasaba nada porque estábamos con mamá y nunca podría pasarnos nada estando cerca de su aura protectora. Por las noches, en el Ribalta se juntaban los mil olores de las cenas que, a falta de televisión, la gente se llevaba al cine. Podías ver a Burt Lancaster en medio de la selva y entre los chillidos de los monos y los rugidos de los leones, oías él agudo sorber de la salsa de los caracoles. ...