Vamos a la playa

De siempre, nuestras playas han sido maravillosas. La gran diferencia es que hace unos años podías ir, broncearte, bañarte, entrar en “Las arenas”, comer, ir a la piscina, las mujeres entrar en el sector nudista y por las tardes ver una película en el cine al aire libre, por mucho menos de lo que ahora cuesta un café. Y esto mismo puede decirse del Postiguet, o cualquiera de las playas de nuestra comunidad. Pero para los niños y para mi en particular, el ir a la playa llevaba casi con seguridad (todo dependía de la cartera de mi madre), dos cosas que me entusiasmaban. Mientras los niños estábamos con nuestros cubitos y palitas haciendo castillos de arena, a lo lejos se oía una cantinela que nos hacía la boca agua. ¡Papeeeeeeero papas!. ¡A las ricas paaaaaaaaaaapas!. ¡Papeeeeeeeeeeeeeeeero papas!. (Las papas en Valencia son las patatas fritas o chips). Y llegaba el papero con una bandeja de mimbre toda llena de bolsas de papel de colores, azules, rosas, verdes, etc.. y rezumando aceite...