Los serenos

- ¡Clac clac clac!... ¡Serenoooooo!... - ¡Vaaaaaa!... Y desde el fondo de la calle se ve aparecer al sereno, con su manojo de llaves para abrirnos la puerta del patio. Unas veces porque se nos ha olvidado coger la llave y otras porque, al pesar medio kilo cada una, preferíamos hacer uso del sereno. No llevaba pistola, ni porra, solo llevaba un manojo de llaves (una por cada patio) pero nos daba la tranquilidad de saber que en un momento tenías al sereno atendiéndote y te avisaba de cualquier anomalía que ocurriera en el barrio por la noche. ¡Cuantas veces me avisó de haberme dejado las puertas de mi primer flamante 600 abiertas!. - ¡Toc ....tocotocotoctoc!...¡Señora Fina, que Paquito se ha dejado las puertas del coche abiertas!. - Gracias Fulano!, Ahora baja a cerrarlas... Verdaderamente no hubiera hecho falta, en mi calle de Jesús no recuerdo que hayan habido robos importantes, todo lo mas algún "pescatero" en el mercadito que quizás hinchara un poquito el peso. Recuerdo una...