miércoles, 13 de agosto de 2008

El tio charraor.


En valenciano "Xerraor" significa "hablador", pero con la significación añadida de ser en exceso. La palabra exacta sería quizás, parlanchín.

Una vez que pudimos comprar el piso donde vivíamos, mi madre quiso hacerle algunas reformas y una de ellas fue el bajar un poco los techos del comedor y el pasillo que eran altísimos.

Mi hermana Carmen se lo dijo a un compañero de Lanas Aragón y como era extraordinariamente apreciada por todos, este le dijo que tenía un amigo que se dedicaba a poner escayolas y que el, personalmente, nos regalaba las placas. Cuando conocimos a su amigo, por no ser menos y por atención a su amigo, nos dijo que nos regalaba el trabajo. Naturalmente nos lo pondría conforme tuviera tiempo y en los ratos libres.

Esto hizo que la puesta de las dichosas placas de escayola se dilataran en el tiempo y tuviéramos la casa con polvo de escayola para comer, cenar y almorzar durante bastante tiempo. Por otro lado, nos dio tiempo de considerar casi de la familia al hombre que nos ponía las placas y que dimos todos en llamar "el tio charraor". Quizás hayan supuesto cual era su pequeño defecto; no paraba de hablar.

Un día, mi madre le comentó...

- Señor Fulano, ¡mira que habla usted!, ¡no para!, al final le vamos a llamar "el tio charraor".

Y el buen hombre le contestó fingiendo irritación.

- Senyora Fina, ja s'en cuidará voste mes que de pixarse en lo llit, de dirme "el tio xerraor". (Señora Fina, ya se cuidará usted mas que de mearse en la cama de llamarme "el tio xerraor").

El hombre no sabía que ya era conocido en todas partes por este sobrenombre, no solamente en mi casa, en toda Lanas Aragón.

Recuerdo que un día me hizo una proposición y que yo rechacé. Yo creo que si hubiera sido ahora la habría aceptado.

Mira Paquito -me dijo- tu eres molt bon xiquet i eres molt intel-ligent, jo tinc un cosi meu que es fransiscá. Vaig a parlar en ell i vullc que parle en tu. Si vols pots anar al seminari, estudiar lo que vullges i després quant tingues que jurar els vots, dius que no vols i ja tents una carrera que no t'ha costat res.- (Mira Paquito, tu eres muy buen chico y eres muy inteligente, yo tengo un primo que es Franciscano. Voy a hablar con el y quiero que hable contigo. Si quieres puedes ir al seminario, estudiar lo que quieras y después, cuando tengas que jurar los votos, dices que no lo quieres hacer y tienes una carrera que no te ha costado nada).

Desde luego, la propuesta era interesante, pero mi madre no podía consentir que el hijo de Paco, anarquista y liberal, fuera a un seminario; y me quedé sin carrera.

Lo que si que hizo el primo del "tio xerraor" es venir a verme. Y hay una anecdota curiosa. Yo, a veces, cuando escucho esos ataques tan furibundos a los sacerdotes y a la Iglesia en general, me felicito porque no la he conocido. Todos, sin excepción, han sido conmigo personas estupendas y jamás me han hecho ningún mal.

Quizás parte del secreto está en que somos tratados de un modo parecido a como tratamos a los demás y hay mucha gente que lo único que sabe es criticar. Cierta vez me dijeron que para diferenciar a una gran persona de un mamarracho solo tenía que fijarme en que la gran persona intenta ser mejor por si misma y el mamarracho intenta convencernos de que los demás son peores para destacar el. Actualmente veo mucho mamarracho y pocas grandes personas.

La cuestión es que vino el primo, con sus hábitos y sus zapatillas descubiertas, a hablar con el posible futuro sacerdote.

Mi madre siempre ha sido muy adelantada para su época, quizás fue algo heredado de mi padre, es posible que aparte de disgustos, infidelidades y ausencias, también le dejara esto.

Mi tio Casimiro, se fue hacía ya muchos años al Brasil y desde este nos había mandado un calendario con fotografías de "garottas". Quizás en otra casa el muchacho no se atreviera, en aquella época, a colgarlo en su dormitorio, pero en mi casa si. Y no solo esto, en la pared de enfrente, lucía esplendorosa la Virgen de la Macarena, regalo de mi cuñado Angel que es andaluz.

Llega el franciscano, muy campechano el y al pasar por mi dormitorio, se queda mirando el calendario con las muchachas Brasileñas ligeras de ropa y mi madre, cortada ella (es broma) le dice.

- ¡He, padre!, ¿que hace mirando esa pared?, ¡Usted tiene que mirar solamente aquella otra!.

Y el buen hombre se pone a reir y le dice.

- Señora Fina, no nos engañemos, por fuera y por dentro las dos son mujeres iguales.

Y es cierto, la diferencia nunca está en lo que se ve, siempre está en el corazón. Aunque también es cierto que cuando no se puede destacar por la personalidad se tiende a hacerlo poniéndose encima una feria de abalorios y tonterías.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios