lunes, 12 de mayo de 2008

La radio



Quizás les resulte difícil a la juventud actual, el pensar en un tiempo en que no teníamos que organizarnos todos al mismo lado de la mesa para ver la televisión.

Actualmente, o hay que tener dos televisores o todos los comensales se sientan en el mismo lado de la mesa para poder ver las últimas tonterías de la famosa de turno.

Entonces nos sentábamos uno a cada lado de la mesa camilla, con el tibio calor del brasero en las piernas si era invierno, el aparato de radio en una pequeña repisa sobre nuestras cabezas y escuchábamos “El criminal nunca gana” o las andanzas de “Matilde, Perico y Periquín”. Por la tarde, los niños podíamos escuchar las andanzas de Diego Valor y años mas tarde, las mujeres lloraban a moco tendido con “Ama Rosa”.

El transistor ya no fue lo mismo, la radio era esa, la de caja de madera con una tela cubriendo los altavoces y que se iluminaba cuando la poníamos en marcha y hacíamos avanzar el dial girando el botón que enrollaba una cuerdecita a la que estaba atada la aguja que señalaba la emisora. Y entre emisora y emisora, la radio nos acompañaba con un entrañable buuuufffffprrrrrpprrrrrrfffffffgggggggggggggg que nos hacía buscar mas aprisa para evitar el molesto bufido.

En mis años de aprendiz en Lanas Aragón las radionovelas y la Señora Francis (Que años después me enteré que era un hombre) me acompañaron siempre por la tarde, ya que a las diez o doce compañeras que tenía, durante la hora de la radionovela no podía hablarles en absoluto y si no había mas remedio, normalmente te contestaban...

- ¡Calla Paquito, que no me enteraré de lo que le dice la huerfanita a la bruja de Matilde!.

Queridas compañeras, que me trataron como a un hijo o hermano. Que me querían y respetaban por muy aprendiz que fuera e inclusive el dueño Ernesto Martínez Colomer, cuando venía a visitarnos hablaba con todos nosotros y nos iba preguntado si estábamos contentos o si necesitábamos algo.

Yo he escuchado con desprecio el tratar de paternalista este sistema, es posible, pero no veo que estas personas hagan nada por ayudar al trabajador a vivir mejor. Despreciar es sencillo, despreciar dando soluciones para mejorar, mas difícil pero despreciar y llevar a cabo lo que se dice...

Recuerdo una temporada en que se decía que los aprendices habíamos sido poco menos que esclavos (y posiblemente habría alguno que lo fuera), eso no podía ser, y se suprimió porque los trabajadores tenían que cobrar un salario desde el primer día (Yo empecé cobrando 700 pts al mes, actualmente serían unos 300 € mas o menos). Bonito. Pero actualmente han tenido que poner a los becarios o los trabajadores en practicas, ¡que ni tan siquiera cobran!.

Yo prefiero a Ernesto Martínez, que hablaba conmigo y me daba 5 duros para que me comprara un libro de Tarzán, no por las 25 pesetas, por la deferencia que, entre cientos de trabajadores, había tenido de repasar las fichas de los trabajadores en la modesta Creaciones Marcol de la calle Cuenca para poder llamarnos por nuestro nombre.

1 comentario:

  1. En el colegio de D. Vicente Bordeta, (Avd. Gaspar Aguilar -Camino del Cementerio- esquina Costa y Borras, primer piso), un año…..entre 1956 y 1958….. no recuerdo con exactitud, los Reyes Magos nos dejaron a toda la clase un Aparato de Radio como el de la foto……¿?¿?¿?..... aun no se muy bien para qué.
    Estuvo guardado durante algún tiempo y luego desapareció…… jejejeje
    Saludos..........

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