domingo, 25 de mayo de 2008

Amigos sinceros


Se llamaba Frisky. Era un consumado futbolista y malabarista. Regateaba impecablemente con una bola de pan encima de la mesa. ¿Qué como podía ser eso?, muy sencillo, Frisky era un periquito.

Tenía ese nombre porque en un TBO (entonces eran TBOs y no comics) el compañero del chico, un Irlandés de largas patillas se llamaba de esa manera. A mi me llamó la atención el nombre y se lo puse a mi periquito. No recuerdo como entro en mi vida. Solo se que estaba allí.

Cuando estaba en la cama y lo llamaba, Frisky venía volando. Se paseaba por la almohada, se subía a mi cara y me mordisqueaba la oreja. Todo esto con su sonsonete de “periquito bonito, besitos, besitos al periquito”.

Mis hermanas lo llamaban "pichurri" y tenían un verdadero problema con el si se ponían a hacer punto, porque el juguetón mantenía épicas batallas con el ovillo de lana y enredaba por todas partes el hilo.

Todos lo queríamos mucho.

Un día, estaba en lo alto de una puerta y yo, sin darme cuenta la cerré. Le corte un dedito. Es de las veces que peor me he sentido en mi vida. Frisky no dejó de quererme por esto, siguió subido en mi hombro, colgándose de mi oreja mientras hacia el columpio y jugando, con un poco menos de salero, al futbol con las migas de pan.

Un día se puso malo, no jugaba y tampoco quería salir de la jaula. Recuerdo que una tarde volvíamos de la calle con mi madre y ella entro en casa primero porque yo no me atrevía a por si estaba muerto. Desde la puerta pregunte...

- ¿Cómo está, mamá?.
- Está muerto.

Y el mundo cayo a mis pies. Desde entonces he perdido a muchos animales, a Black que me acompañó unos pocos meses cuando pasaba por una soledad absoluta, Gordi, al gato que vi nacer y que lo atropello un desalmado, a Paquita, la perra que conocí ya vieja pero que fue capaz de dar mucho amor a todo el mundo y a Linda, la perra que paso conmigo y mi compañera mas de 7 años, y algunos mas. Todos me dieron su cariño y yo siempre creo que no supe corresponderles en la misma proporción. No se. De todos modos supongo que me estarán esperando y como ya no falta tanto tiempo para que nos reunamos, ellos me lo dirán.

Es curioso que estos momentos, que no les das importancia, al final de nuestra vida reaparecen con una fuerza inusitada y los sentimientos que parecían dormidos surgen del fondo de nuestros recuerdos. Seguramente será porque llega un momento en que te das cuenta de que lo verdaderamente importante en la vida es el cariño y buscando en el viejo baúl de nuestra memoria intentamos refrescar los momentos felices y a las personas o animales que nos lo han dado. ¡Que pena que salgan tantos animales y tan pocas personas!.

2 comentarios:

  1. Hola, llevo unos dias que, por casualidad encontrados, leo sus articulos. Soy un poco mas joven que usted, pero vivi desde pequeño en la plaza de Jesus y buscando algo en la web sobre el cine Ribalta encontre su pagina. Estoy abrumado. Describe tan bien esos dias de su vida que parece que yo tambien los haya vivido sin haberlos conocido. Espero poder conocerle algun dia. Muchas Gracias por su sabiduria. Un Saludo. Dicar

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  2. Por supuesto que me encantaría que nos conocieramos. Mi e-mail particular es pacoltra@comarcarural.com
    un saludo

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